miércoles, 25 de mayo de 2011

Mis muñecas = Mis hijas (y otros datos históricos)

Desde que tengo uso de razón, he querido tener hijas (si, leíste bien, hijas, mujeres, del sexo femenino) pensaba siempre en los peinados, la ropita, los adornos del pelo, en fin, mis muñecas fueron mis primeras hijas.
Mi abuela era costurera y a veces tenía que rescatar sus recortes de entre mis garras por que me encantaba hacerles fantásticos vestidos a mis muñecas, más que jugar con ellas, amaba vestirlas, bañarlas, peinarlas, total, eran mis bebés!
Con el paso del tiempo, deje de jugar con muñecas, para jugar con muñecos. Hoy cuento con 30 años, llevo 7 junto a mi muñeco personal, tema que es tema para otras (nótese el plural) entradas. Hemos sido muy felices, pero nos falta una muñequita para convertirnos en familia. El último año ha sido terrible en ese sentido, ya les iré contando las razones, pero la primera es que teniendo edad más que suficiente para haber dejado ya las muñecas, me siento en edad de tener los hijos que Dios quiera darme y me atrevería a decir que el tren se me está escapando, por que a la verdad que no soy Madonna ni mucho menos para esperar a los 40.
A veces me digo a mi misma que no estoy desesperada, pero ¿Para qué nos engañamos?

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